Por fín victoria, y no es poco. Pero hay que tener en cuenta dos cosas:
1. Hemos ganado a un equipo muy, muy flojito, que se basa en el orden táctico (interesante el trabajo de Onésimo en el Huesca), pero que está lastrado en el aspecto organizativo, y hoy, por fín, no hemos tenido a un futbolista entre líneas que nos haya sacado los colores, y todos los números los tenía Camacho, el futbolista más brillante del Huesca, junto a Gilvan y Roberto. Como se ha parado al primero, Peña ha tapado bien a Gilvan cuando ha salido y Roberto apenas ha tenido ocasión de mostrarse, el resultado final ha sido de la victoria de un equipo, el Pucela, que subsiste a base de zarpazos. Volvio Guerra, dos golitos, y todos para casa.
2. Qué triste y anodino es el juego del Pucela. Cuando pasen unos años y nos preguntemos ¿A qué jugaba el Valladolid de Abel?, dudo mucho que las celdas de nuestra memoria sean capaces de sacar una conclusión definida del fútbol de este Real Valladolid. Pero no será porque nos falle la memoria, más bien porque NO JUGAMOS A NADA.
Así pues, 3 puntos, y se corta la sangría de puntos perdidos en las últimas jornadas. Me sigue sobrando Jorge Alonso, con urgencia, y Sisi no merece la titularidad y la continuidad de la que disfruta. De Arzo es reseñable que no haya cometido error alguno (para ello hoy estaba Justo), pero no me parece muy reseñable, porque ha tenido enfrente un equipo sin ideas en las inmediaciones del área.