La portería pasó de ser la línea más floja del equipo a la más fuerte con la irrupción de Asenjo. Dos grandes errores: la renovación de Alberto y el fichaje de Butelle. En el caso del francés las cosas pueden haber salido mal por problemas extradeportivos que ojalá puedan solucionársele al jugador, pero ya el hecho de traer a un portero joven en calidad de cedido me parece un error grave.
La defensa ha estado muy floja, quizá la peor línea del equipo en el global de la temporada. Pedro López y Marcos han rendido a un nivel aceptable aunque con muchas limitaciones, el primero con margen de mejora debido a su edad y el segundo en clara decadencia. Javier Baraja y Rafa han mantenido el tipo y han demostrado que son válidos para jugar en esta categoría, junto al indiscutible García Calvo, que ha terminado la temporada en trayectoria descendente. La aportación de Cifu, de Alexis y de Iñaki Bea, más que discreta, parecen puestos a reforzar claramente. Se ha echado de menos a un central poderoso en el juego aéreo y que le disputara el liderazgo a un cansado García Calvo.
El centro del campo ha sido quizá la línea más regular. En muy buena línea Álvaro Rubio, floja aportación de un Borja que empezó destacado para acabar casi denostado, desigual Vivar Dorado, al que se le acabó la gasolina en el último cuarto de la competición y discreto Diego Camacho, cumplidor en cuanto a lucha y limitadísmo técnicamente. En las bandas, tremendo error con Estoyanoff, anecdótica aportación de un Capdevila al que le queda grande la Primera División, aceptables Sisi y Sesma y muy escasa la aportación de Kome. Aguirre ha mostrado maneras las últimas semanas, aunque su rendimiento real sigue siendo una incógnita. En líneas generales, esta línea ha sido un reflejo del equipo: mucho trabajo, mucho sacrificio, pero escaso margen de resolución.
La delantera ha cumplido de sobra con Víctor y Llorente, 27 goles entre los dos. Llorente perfecto no sólo de cara al gol, también como primer defensor con su incansable presión. Víctor, más intermitente y con el hándicap de no tener un relevo de garantías. Kome y sobre todo Vivar Dorado, no han funcionado como recambios. Ogbeche ha dado muestras de ser un jugador aprovechable, sobre todo en el inicio y en el final de temporada y la aportación de Manchev, inexistente.
En definitiva lo esperado por casi todos cuando comenzó la temporada: un equipo muy limitado, escasamente reforzado y demasiado veterano para resistir el derroche físico que requiere el estilo de juego de Mendilíbar y que ha aguantado en la categoría gracias a un esfuerzo y una concentración descomunales. El entrenador ha sido el gran artífice del éxito.
La defensa ha estado muy floja, quizá la peor línea del equipo en el global de la temporada. Pedro López y Marcos han rendido a un nivel aceptable aunque con muchas limitaciones, el primero con margen de mejora debido a su edad y el segundo en clara decadencia. Javier Baraja y Rafa han mantenido el tipo y han demostrado que son válidos para jugar en esta categoría, junto al indiscutible García Calvo, que ha terminado la temporada en trayectoria descendente. La aportación de Cifu, de Alexis y de Iñaki Bea, más que discreta, parecen puestos a reforzar claramente. Se ha echado de menos a un central poderoso en el juego aéreo y que le disputara el liderazgo a un cansado García Calvo.
El centro del campo ha sido quizá la línea más regular. En muy buena línea Álvaro Rubio, floja aportación de un Borja que empezó destacado para acabar casi denostado, desigual Vivar Dorado, al que se le acabó la gasolina en el último cuarto de la competición y discreto Diego Camacho, cumplidor en cuanto a lucha y limitadísmo técnicamente. En las bandas, tremendo error con Estoyanoff, anecdótica aportación de un Capdevila al que le queda grande la Primera División, aceptables Sisi y Sesma y muy escasa la aportación de Kome. Aguirre ha mostrado maneras las últimas semanas, aunque su rendimiento real sigue siendo una incógnita. En líneas generales, esta línea ha sido un reflejo del equipo: mucho trabajo, mucho sacrificio, pero escaso margen de resolución.
La delantera ha cumplido de sobra con Víctor y Llorente, 27 goles entre los dos. Llorente perfecto no sólo de cara al gol, también como primer defensor con su incansable presión. Víctor, más intermitente y con el hándicap de no tener un relevo de garantías. Kome y sobre todo Vivar Dorado, no han funcionado como recambios. Ogbeche ha dado muestras de ser un jugador aprovechable, sobre todo en el inicio y en el final de temporada y la aportación de Manchev, inexistente.
En definitiva lo esperado por casi todos cuando comenzó la temporada: un equipo muy limitado, escasamente reforzado y demasiado veterano para resistir el derroche físico que requiere el estilo de juego de Mendilíbar y que ha aguantado en la categoría gracias a un esfuerzo y una concentración descomunales. El entrenador ha sido el gran artífice del éxito.