UN ARTÍCULO PARA LA REFLEXIÓN

¿Se nos 'muere' el Tercer tiempo?
Federico Sarnovich publicó este artículo en el Blog del Club de Rugby Universidad de Alicante titulado 'Un juego de tres tiempos' · Va muy en consonancia con algo que cada vez escucho demasiado en los campos de rugby: ¿Se nos muere el Tercer Tiempo?

Gregorio García 30/12/11

Acaba el año y estamos en las puertas de un 2012 que esperemos sea prolijo en buenas noticias del Planeta Oval. Estas fechas, con la Navidad en pleno apogeo, es tiempo de buenos deseos y de mejores intenciones. Es por eso que quiero reproducir este artículo de Federico Sarnovich, publicado en el Blog del Club de Rugby Universidad de Alicante, y titulado 'Un juego de tres tiempos'. Y es que va muy en consonancia con algo que últimamente escucho demasiado en los campos de rugby: ¿Se nos muere el Tercer Tiempo? Que nadie olvide que hablamos de uno de los valores que más y mejor distinguen a este deporte. No se lo pierdan...

Han sido miles las charlas en las que he participado cuyo tema central era 'la filosofía del rugby'. En casi todas esas veladas han sido tres los conceptos siempre recurrentes: el rugby es el deporte del juego limpio, del respeto y de la corrección. Dentro del rango de practicantes, ya sea técnicos, jugadores o espectadores, hay quien eleva estos preceptos a niveles quasi místicos y quien se acerca al juego de una manera algo pagana, aunque respetuosa en su esencia.

El rugby consta de tres tiempos: el de la preparación al partido, el del partido en sí y el posterior, el tradicional y diferencial 'Tercer tiempo'
Me inquieta, no obstante, que últimamente -sobre todo en el ambiente del rugby mediterráneo- no hago más que coincidir con una figura muy nociva, sabedora de todos los secretos de nuestro juego y presta a llenarse la boca e hinchar el pecho a la hora de declararse 'rugbier', aunque luego sean los primeros que desean ganar siempre o violar reglamentos -escritos y no escritos- para jugar con ventaja. Son estos personajes, antes testimoniales y ahora abundantes, quienes alejan al juego de sus mejores virtudes.

Vestir una camiseta, agarrar un balón y correr con él respetando las reglas deportivas del juego nos convierte en jugadores de rugby. Pero para convertirnos en 'hombres de rugby' hay que ejercer la filosofía del deporte; aplicar los tres pilares esenciales antes mencionados y ser conscientes de que el rugby forma parte de un marco mucho más amplio que el delimitado por los 80 minutos reglamentarios de juego. Según René Crabos, el rugby constaba de tres tiempos: el de la preparación al partido, el del partido en sí y el posterior, el tradicional y diferencial 'Tercer tiempo', tan identificado con nuestro deporte, tan envidiado por otros deportistas que marchan a casa sin tener la oportunidad de conocer a la persona que cohabita con ese rival deportivo al que acaban de enfrentar.

Es una lástima ver como los terceros tiempos han pasado de ser una fiesta y un punto de encuentro entre jugadores, técnicos y aficionados a convertirse, en la mayoría de los casos, en una obligación satisfecha a base de llenar cuatro cuencos de patatas fritas y de procurar encontrar excusas para marcharse pronto a casa. Dice Sebastián Perasso en su blog que el tercer tiempo "representa un acontecimiento distintivo y único en el que todos debemos asumir el compromiso de mantener y preservar. Defender esa tradición tan añeja y noble implica, por sobre todo, colaborar en la conservación y mantenimiento de la filosofía del juego y sus bondades".

Es una lástima ver como los terceros tiempos han pasado de ser una fiesta y un punto de encuentro a convertirse, en la mayoría de los casos, en una obligación
Estas últimas semanas han sido varios los 'incidentes' relacionados con este asunto. El CAU directamente no nos ofreció recepción alguna, el Tecnidex no se presentó al nuestro alegando sinrazones ("el bar queda lejos del campo") y en el mejor de los casos se solventa la faena desparramando patatillas sobre cualquier superficie plana, mientras se comenta, en alto, a otros miembros del propio club las bondades del asado que todos acudirán a comer cuando se acabe -esperando que sea rápido- el 'marrón' de tener que reencontrarnos con el rival y con el árbitro.

Crabos menciona que "el tercer tiempo es el del agradecimiento mutuo por haberse ayudado a disfrutar del juego, es el tiempo del reconocimiento de alguna falta cometida y el momento de limar cualquier aspereza, el tiempo de las celebraciones, los tragos y los cánticos. Es el tiempo en el que conocemos a la persona que encierra al jugador con el que acabamos de competir duramente. Es el momento de forjar lazos de amistad que duran para siempre".

No organizar, acudir, o disfrutar de un Tercer Tiempo es no entender el rugby, por muy bueno que hayamos demostrado ser dentro del campo. Es más, no disfrutar de un Tercer Tiempo lleno de comida, bebida, charlas y cantos es perderse una gran parte de la aventura de practicar este juego maravilloso.


http://www.marca.com/2011/12/30/mas_deportes/rugby/1325244825.html