Ciclo acabadísimo. Es un tío estupendo, de verdad, le conozco personalmente, pero macho, lo de apartar la cara cuando te van a disparar a bocajarro es de cero ganas de seguir compitiendo
Queridos blanquivioletas,
Se me hace muy extraño tener que escribir estas líneas siete años después de mi llegada a Pucela. En aquel momento nunca imaginé que el Real Valladolid se iba a convertir en un club tan especial para mí y para mi familia. Me siento muy agradecido por haber podido defender tantas veces esta camiseta, por haber podido representar a una entidad histórica y por haberla dejado donde se merece: en la máxima categoría del fútbol español.
Desde mi llegada me inculcaron que el Pucela era especial y así lo he sentido. En todo momento, ya en condición de veterano y capitán, he tratado de transmitírselo a los nuevos compañeros y me voy satisfecho de haber cumplido con el lema que suena en uno de los himnos y que está grabado en el brazalete que he tenido el privilegio de lucir. “Recíbeme con orgullo, devuélveme con honor”. Una frase que ha cobrado mucho sentido en esta última parte de temporada y que siempre ha guiado mis pasos dentro y fuera del terreno de juego desde mi llegada a Valladolid.
Aquí han crecido mis dos hijos, aquí me he sentido como en casa, aquí (dejando a un lado lo malo) he podido sentir la felicidad de tantísima gente en tres ascensos. Por eso quiero que esta carta sirva para dar las GRACIAS a la afición blanquivioleta y a todas las personas que día a día se desviven para hacer al Real Valladolid aún más grande. Me he sentido parte importante del crecimiento institucional de este gran club que siempre llevaremos en el corazón.
Gracias a Carlos Suárez primero y a Ronaldo Nazário después por confiar a mí. Gracias a los directivos. Gracias a los cuerpos técnicos y a todos los miembros del staff (médicos, fisios, utilleros, empleados…) , una familia que vale oro y que he podido disfrutar cada día desde hace siete años. Gracias a todos y cada uno de mis compañeros durante estas temporadas. Ha sido un privilegio compartir el vestuario con vosotros.
Para mí ha sido un orgullo y un honor. Se despide un blanquivioleta más, siempre lo seré y siempre le desearé lo mejor al Real Valladolid.
¡Aúpa Pucela siempre!