La estadística al descanso decía que el Sporting había llegado 3 veces con 3 centros, uno para el gol y los otros dos, con ocasiones claras. Nosotros, al descanso, centramos 19 veces y solo hubo un remate a puerta. Por contra, en la segunda parte sí hemos llegado más veces y más claras, con dos remates salvados bajo la línea de Mariño en el balón parado y un muy buen disparo de Mariño así a ojo como ocasiones claras.
En el plano futbolístico, el Sporting es un equipo Herrera total, muy similar a aquel Celta de Vigo que ascendió o a Las Palmas, sensación de que pueden hacerte mucho daño con los jugadores de calidad que tienen arriba pero que realmente generan poco juego (clave la lesión de Sergio Álvarez, su mejor mediocentro). La posesión la hemos dominado, pero en muchas fases es una posesión estéril, con un juego totalmente previsible, mover el balón rápido a la banda y centrar con los laterales o extremos. En este sentido, poquísimos centros buenos, casi ninguno, con una pírrica aportación ofensiva de los laterales y un absurdo desperdicio la faceta de Hervías a pie cambiado con Toni por la derecha.
Mejor con Michel sobre el campo, aunque ha tenido cada jugada al final del partido que..., en fin, muy suyas. Mata, luchador, sacrificado, pero sin apenas remate porque Álex Pérez y Barba continuamente han estado encima de él, ha sido prácticamente anulado porque por alto sería muy difícil ganar a dos tíos que rondan el metro noventa.
Problema nuevamente la salida del equipo al campo, no puede ser que el rival por cuarto partido consecutivo te marque prácticamente en su primera llegada, y con un gol tan tempranero. Una jugada que tácticamente es un desastre colectivo, y viene por el mismo sitio de siempre, ergo la responsabilidad ya sabemos de quién no era en exclusiva. Salvador fuera del campo, Nacho fuera de posición y una mala cobertura de Hervías permiten que el Sporting te ponga ese centro en el área, y Olivas, como siempre en él, esperando que su compañero le tape las vergüenzas, le deja rematar. Pues así de fácil. Los señalados eran Calero y Ángel, pero sin ellos cometemos los mismos errores.
Dos grandes intervenciones de Masip te salvan el partido, igual que a ellos otras tres de Mariño. Triste, además, que las ocasiones de la segunda parte no vengan del buen fútbol ofensivo del Sporting, mínimo, sino de un mal pase de Olivas y peor (nulo) control de Deivid, así como de otro mal pase de Nacho atrás, sin mirar. Obviamente los gurús de las ondas y el aficionado medio, tan imparcial, imagino que focalice ahora sus críticas en dos concretos futbolistas.
Hay evidentemente un enorme nerviosismo en la defensa, y mientras no construyas el equipo desde atrás vas a sufrir mucho. Seguimos concediendo poco, pero son ocasiones muy claras y son todas ellas evitables. Aquello que decía Luis César de que le molesta encajar porque el rival no hace méritos, pues va por ahí la cosa. Nosotros mismos somos nuestro mayor peligro. ¿Cuestión de sistema? ¿Bajo nivel de los futbolistas? ¿Falta de concentración y de actitud?, quizás un poco de todas. Y tácticamente el Real Valladolid con el marcador por debajo es un desastre, por cierto.