Rashid Mamatkulovich Rakhimov
¿Qué podemos decir de la ciudad de Dushambé que ustedes no sepan ya? No les aportaríamos nada diciendo que es la capital de Tayikistán (qué hermosa eres...), ni que durante unos cuantos años años se denominaba Stalinabad en honor al líder político e ideológico de la URSS, ni que es un próspero nudo comercial gracias a sus minas, a su industria tractoril y a su producción textil, amén de un crisol de culturas y religiones sin parangón. Pero lo que tal vez no supieran es que uno de sus habitantes más célebres ha pasado por nuestro fútbol a principios de los 90´s. Se trata de Rashid Mamatkulovich Rakhimov (18/03/65), el primer y único tayiko que ha pasado por la liga española hasta la fecha.
Era un defensa a la vieja usanza, duro, de los que se adaptan al medio-centro, rudimentario, valiente y con bigote. Se había criado en el SKA Pamir de Dushambé, donde se pasó desde los catorce hasta los 25 años, y una oferta del Spartak de Moscú le convenció para afrontar un paso adelante en su carrera. Si bien en el equipo de su ciudad natal era el líder indiscutible de la plantilla, al llegar a Moscú era un completo desconocido y le costó adaptarse a su nuevo rol. Sin la regularidad necesaria para un jugador de su edad, a finales de agosto de 1992 se acordó por 15 millones de pesetas (unos 415.000 somonis tayikos) su traspaso al Real Valladolid de Chuchi Macón, Onésimo y compañía que por entonces afrontaba el comienzo de una nueva temporada en 2ª división.
No nos podemos quejar mucho de su productividad en Pucela durante aquella temporada, participando en algo más de la mitad de los partidos y anotando incluso un par de goles, pero en el último tramo de la temporada su cabeza pensaba más en la guerra civil que se libraba en su recientemente independizada república de Tayikistán que en la camiseta blanquivioleta que tenía que defender. Pese a ello el equipo obtuvo el ascenso.
La ilusión por el debut en uno de los campeonatos de más prestigio como la primera división española hacía olvidar por momentos el sufrimiento de sus familiares y amigos en la guerra, pero contra todo pronóstico los acontecimientos se desarrollaron del modo más cruel. Cuando ya contaba con un hueco más que seguro en la plantilla, a última hora la directiva decidió que su presencia no era imprescindible y negoció el traspaso del bueno de Rakhimov (Rachimov para la prensa de la época) con el Lokomotiv de Moscú. Pero no acaba aquí su vinculación con nuestro fútbol, ya que poco más de un año después, concretamente en el mercado invernal de la temporada 94/95 el Sporting de Gijón quiso traerlo de nuevo a la liga española, procedente del Spartak al que había regresado hacía escasos meses para jugar la Champions.
Varias semanas de reuniones, rumores y acuerdos nunca confirmados acabaron con un claro ejemplo de traspaso que no fue, cerrándose cualquier oportunidad de pasar a engrosar las estadísticas de futbolistas con minutos en primera. Agotada esta vía encaminó su destino al fútbol austriaco, ese que tanto le gusta al compañero Estoja. Allí por fín fue feliz y se convirtió en un símbolo del Austria de Viena, idolatrado por la afición y admirado por compañeros y rivales hasta cumplir los 35 años.
Cuando muchos suponían que abandonaría el fútbol profesional sorprendió con tres temporadas más de fútbol: dos de ellas en el Admira Wacker y una última en el Ried, ambos equipos de la liga austriaca de primera categoría. Desde entonces, despojado de su magnífico mostacho, su oficio está en los banquillos, ocupando el del propio Admira Wacker y el de los rusos Amkar Perm y Lokomotiv de Moscú, donde entrenó hasta finales de abril de este mismo año. Tal vez no sea el paradigma del renaldismo pero creemos que su historia merece ser recordada, ¿no les parece?
http://www.renaldinhos.com/2009/08/rashid-mamatkulovich-rakhimov.html
¿Qué podemos decir de la ciudad de Dushambé que ustedes no sepan ya? No les aportaríamos nada diciendo que es la capital de Tayikistán (qué hermosa eres...), ni que durante unos cuantos años años se denominaba Stalinabad en honor al líder político e ideológico de la URSS, ni que es un próspero nudo comercial gracias a sus minas, a su industria tractoril y a su producción textil, amén de un crisol de culturas y religiones sin parangón. Pero lo que tal vez no supieran es que uno de sus habitantes más célebres ha pasado por nuestro fútbol a principios de los 90´s. Se trata de Rashid Mamatkulovich Rakhimov (18/03/65), el primer y único tayiko que ha pasado por la liga española hasta la fecha.
Era un defensa a la vieja usanza, duro, de los que se adaptan al medio-centro, rudimentario, valiente y con bigote. Se había criado en el SKA Pamir de Dushambé, donde se pasó desde los catorce hasta los 25 años, y una oferta del Spartak de Moscú le convenció para afrontar un paso adelante en su carrera. Si bien en el equipo de su ciudad natal era el líder indiscutible de la plantilla, al llegar a Moscú era un completo desconocido y le costó adaptarse a su nuevo rol. Sin la regularidad necesaria para un jugador de su edad, a finales de agosto de 1992 se acordó por 15 millones de pesetas (unos 415.000 somonis tayikos) su traspaso al Real Valladolid de Chuchi Macón, Onésimo y compañía que por entonces afrontaba el comienzo de una nueva temporada en 2ª división.
No nos podemos quejar mucho de su productividad en Pucela durante aquella temporada, participando en algo más de la mitad de los partidos y anotando incluso un par de goles, pero en el último tramo de la temporada su cabeza pensaba más en la guerra civil que se libraba en su recientemente independizada república de Tayikistán que en la camiseta blanquivioleta que tenía que defender. Pese a ello el equipo obtuvo el ascenso.
La ilusión por el debut en uno de los campeonatos de más prestigio como la primera división española hacía olvidar por momentos el sufrimiento de sus familiares y amigos en la guerra, pero contra todo pronóstico los acontecimientos se desarrollaron del modo más cruel. Cuando ya contaba con un hueco más que seguro en la plantilla, a última hora la directiva decidió que su presencia no era imprescindible y negoció el traspaso del bueno de Rakhimov (Rachimov para la prensa de la época) con el Lokomotiv de Moscú. Pero no acaba aquí su vinculación con nuestro fútbol, ya que poco más de un año después, concretamente en el mercado invernal de la temporada 94/95 el Sporting de Gijón quiso traerlo de nuevo a la liga española, procedente del Spartak al que había regresado hacía escasos meses para jugar la Champions.
Varias semanas de reuniones, rumores y acuerdos nunca confirmados acabaron con un claro ejemplo de traspaso que no fue, cerrándose cualquier oportunidad de pasar a engrosar las estadísticas de futbolistas con minutos en primera. Agotada esta vía encaminó su destino al fútbol austriaco, ese que tanto le gusta al compañero Estoja. Allí por fín fue feliz y se convirtió en un símbolo del Austria de Viena, idolatrado por la afición y admirado por compañeros y rivales hasta cumplir los 35 años.
Cuando muchos suponían que abandonaría el fútbol profesional sorprendió con tres temporadas más de fútbol: dos de ellas en el Admira Wacker y una última en el Ried, ambos equipos de la liga austriaca de primera categoría. Desde entonces, despojado de su magnífico mostacho, su oficio está en los banquillos, ocupando el del propio Admira Wacker y el de los rusos Amkar Perm y Lokomotiv de Moscú, donde entrenó hasta finales de abril de este mismo año. Tal vez no sea el paradigma del renaldismo pero creemos que su historia merece ser recordada, ¿no les parece?
http://www.renaldinhos.com/2009/08/rashid-mamatkulovich-rakhimov.html