Me quiero contener en lanzar pestes, porque todavía existe la esperanza de salvarse, lejana y utópica, pero que todavía la tenemos.
Pero la imagen final de derrotismo y de impotencia lo dice todo y muestra a las claras la realidad de unos jugadores inútiles. De un entrenador superado. De una afición otra vez apaleada...
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A todo esto ¿Donde está el señor Marcos? De un tiempo a esta parte está como desaparecido...