Yo creo que para mucha gente los objetivos de pretemporada eran, cuando menos, una incógnita. Todos vimos que se estaba fichando bien, como también que se arrastraban rémoras de temporadas anteriores en la plantilla y había que ver por dónde iban los equipos antes de saber cuáles eran nuestras posibilidades. Hay muchos puntos de vista, todos respetables, algunos muy pesimistas, otros lindando con la euforia, pero en la media, la opinión del grueso del foro era la de que teníamos un equipo para jugar la promoción. Pues ahí estamos, ¿no?
En Palamós se ha constatado lo que todos decimos de palabra, pero que tanto nos cuesta asumir cuando ocurre: que esto es muy largo, que hay malos días, que no hay rival pequeño, que todo el mundo tiene un tropiezo, que no se sube en enero, etc. Pero claro, cuando llega duele.
Hoy el equipo ha sido una caricatura, es cierto. El Llagostera nos ha comido la merienda en actitud y en concentración, en agresividad (no confundir con "violencia", sr. Timor); nos han ganado el 90% de los balones divididos y para colmo, el entrenador ha estado desacertado en la estrategia y en los cambios. Este tipo de partidos son un penar para quipos como el Pucela (o el Zaragoza, el Osasuna, el Betis...), te desmoronan y te descorazonan.
Lo que no entiendo este estado bipolar, en el que pasamos de la euforia al suicidio, de encumbrar al entrenador y a la plantilla a echarlos a los leones. Y no es la primera vez, ya ocurrió después de Leganés y Pamplona.
Para mí no hay nada perdido aún. Apostaría por la promoción, pero me acuerdo del Sporting de otros años, del Murcia, del Hércules, del Elche y de otros equipos a los que se daba por ascendidos por estas fechas y terminaron estrellados. ¿Quién nos dice que Betis o Las Palmas no pueden caerse? Sobre todo, éste último. También nos podemos caer nosotros y terminar décimos, obviamente, pero viendo las plantillas creo que aun con el lastre que arrastramos lo lógico es que estemos entre los seis primeros y ahí es exactamente donde estamos.
La derrota de hoy duele y hace que la salida a Mallorca tenga unos tintes dramáticos, algo que no hubiera sucedido de ganar hoy. Para mí eso es lo más importante y Rubi tiene que trabajar la actitud del equipo (no sólo la de hoy, la de los dos últimos partidos, la primera media hora del segundo tiempo contra el Alavés no fue mejor que los noventa minutos de hoy). Pero de ahí al drama hay un trecho. Al menos por el momento.
En Palamós se ha constatado lo que todos decimos de palabra, pero que tanto nos cuesta asumir cuando ocurre: que esto es muy largo, que hay malos días, que no hay rival pequeño, que todo el mundo tiene un tropiezo, que no se sube en enero, etc. Pero claro, cuando llega duele.
Hoy el equipo ha sido una caricatura, es cierto. El Llagostera nos ha comido la merienda en actitud y en concentración, en agresividad (no confundir con "violencia", sr. Timor); nos han ganado el 90% de los balones divididos y para colmo, el entrenador ha estado desacertado en la estrategia y en los cambios. Este tipo de partidos son un penar para quipos como el Pucela (o el Zaragoza, el Osasuna, el Betis...), te desmoronan y te descorazonan.
Lo que no entiendo este estado bipolar, en el que pasamos de la euforia al suicidio, de encumbrar al entrenador y a la plantilla a echarlos a los leones. Y no es la primera vez, ya ocurrió después de Leganés y Pamplona.
Para mí no hay nada perdido aún. Apostaría por la promoción, pero me acuerdo del Sporting de otros años, del Murcia, del Hércules, del Elche y de otros equipos a los que se daba por ascendidos por estas fechas y terminaron estrellados. ¿Quién nos dice que Betis o Las Palmas no pueden caerse? Sobre todo, éste último. También nos podemos caer nosotros y terminar décimos, obviamente, pero viendo las plantillas creo que aun con el lastre que arrastramos lo lógico es que estemos entre los seis primeros y ahí es exactamente donde estamos.
La derrota de hoy duele y hace que la salida a Mallorca tenga unos tintes dramáticos, algo que no hubiera sucedido de ganar hoy. Para mí eso es lo más importante y Rubi tiene que trabajar la actitud del equipo (no sólo la de hoy, la de los dos últimos partidos, la primera media hora del segundo tiempo contra el Alavés no fue mejor que los noventa minutos de hoy). Pero de ahí al drama hay un trecho. Al menos por el momento.