Bueno, unas 36 horas después del final del espectáculo, con perspectiva, después de haber digerido y asimilado los segundos 45 minutos, varios detalles. Lo dicho en la primera parte es cierto y lo mantengo, es decir, el equipo es verdad que de nuevo vuelve a entrar en el partido en el minuto 10 con 1-0 en contra, misma película que antes del cuento de la rueda de prensa de los "capitanes", pero la diferencia es que ayer sí hubo un auténtico cambio de actitud (ojo, tras un posible penalti de Moyano alrededor del minuto 15 que saca el brazo a pasear en el área sin venir a cuento) y hay otra ocasión relativamente clara de Osasuna.
Primer gol, error grotesco, colectivo y por partida doble. Empezamos con el sensacional Kiko Olivas, que sigue su marca, Xisco, y al seguir a su marca deja un descomunal agujero a su espalda. Segundo error, Moyano, incapaz de seguir a David Rodríguez que como todos sabréis es un delantero rapidísimo..., luego Deivid por supuesto también, central rapidísimo, contempla en primer plano la jugada, porque sabe que no va a llegar. Balón largo, agujero por el flanco izquierdo, otro ridículo más.
Bien, salvado el arreón inicial de Osasuna, sobre el minuto 25, el equipo entra de verdad en el partido, se hace con el balón y Anuar se apropia del centro del campo, el peligro se inicia con el despliegue físico de Anuar y los momentos que éste engancha con Toni más la electricidad de Hervías, y se culmina con un centro genial de Anuar con su pierna izquierda y el remate de Mata aprovechándose de la cantada de Herrera (... y no termino de ver dentro el balón de la portería, la verdad). El equipo desde entonces y hasta el final de la primera parte es mejor que Osasuna, Osasuna está a merced del Real Valladolid y coño, que hay que ser sinceros, que el Real Valladolid en ese momento sí merecía ganar el partido y lo consiguió justo antes del descanso con algo inédito por aquí, una falta en mediocampo que se convierte en una genial jugada a balón parado y el toque de suerte para que esa pelota entre después de la parada de Herrera. No es fuera de juego, por poco, por un error ridículo de uno de los defensas de Osasuna; error que lógicamente si hubiera cometido Moyaneitor u Olivas en mi equipo hubiera supuesto un motivo más dentro de los tantos que tengo para crucificarles.
Seguidamente, segunda parte, supuestamente el plan de Luis César, al cual paso de escuchar en rueda de prensa, por supuesto, era buscar contras, un repliegue de unos metros atrás e ir a por el tercero. Pues bien, la lectura es pésima, no se puede plantear peor la segunda parte en campo de un rival directo. Primer gran error, pensar que simplemente atrás había que limitarse a despejar centros laterales de Osasuna, que era el plan de Diego Martínez para la segunda parte..., y con Kike Barja te mete un tío que te desborda y te está destrozando por la banda de Moyano, más el inesperado filón de nuestro Quique y de Fran Mérida llegando desde atrás por el lado de Antoñito.
La lectura del partido es pésima. El partido te pedía sustituir a Toni, te lo compro, 8,8 kilómetros en 67 minutos era un desgaste descomunal y hacía falta gente fresca. Sí. Lógico. Pero la lectura es un desastre, y parece que nadie se da cuenta que la cuestión ya no es si había que meter un quinto defensa (Calero) o a Luismi. La cuestión es que lo único que no hacía falta era meter a Salvador. Salvador en este equipo desde hace dos meses no pinta nada, no al menos en la posición de mediapunta porque su aportación desde ahí, su incidencia en el juego, viene siendo ridícula.
El partido te pide, cuando Osasuna te está avasallando a centros, elegir dos opciones. O colocas un centrocampista técnico (Cotán) y buscas tener el balón y asegurar posesiones largas -que es lo que yo siempre haría-, o eliges colocar el tercer central, bien metiendo a Luismi para retrasar a Borja o bien metiendo a Calero. Pero no, el señor Luis Ángel tenía que meter un falso delantero que ni se molesta en seguir a su par -Fran Mérida-, en la jugada que te destroza por completo. Si ese penalti no existe, el partido no hubiera acabado 4-2, o no al menos de esa manera. Para mí el error de Salvador es imperdonable, más en un jugador recién salido al campo. Ah y, por cierto, no me olvido de Óscar Plano, también espectador en primera fila de la carrera de Fran Mérida.
Obviamente de Antoñito también hay que decir, porque una de las cosas básicas en esto del fútbol es no irse al suelo dentro del área si no se tiene la absoluta certeza de rebañar el balón. Pero claro, qué vas a pedir, si tenemos un gañán en el banquillo que la única forma de corregir errores defensivos que ha encontrado ha sido mover diez metros atrás a la defensa, pero moviéndola mal.
Prosigamos. Tercer gol, prácticamente jugada siguiente, comienza con el centro de Kike Barja con la siempre encomiable labor defensiva de Moyano, con el siempre encomiable trabajo defensivo de Óscar Plano -otra vez espectador de lujo-, y a mayores con Iban Salvador en tierra de nadie haciendo nadie sabe qué. Y esto en el inicio de la jugada. Lo bueno viene ahora. Balón al área, con Kiko Olivas ya sin marca (en serio, ved la jugada desde el centro, ¿qué cojones hace?), peinada de Quique y balón muerto en el área. Kiko Olivas no encima a David Rodríguez, Deivid está a uvas, el balón se pasea entre dos jugadores de Osasuna, ¡dos!, ¡dos en área pequeña!, y Olivas que ya ni sabe qué hacer y Borja llegando desde atrás. Pues claro, remate a bocajarro, campo mojado y Masip pues tal vez pueda hacer más, pero es el que menos culpa tiene de este bochorno.
Partido perdido, porque había margen de remontada, a fin de cuentas el tercer gol es en el 72, tienes 18 minutos para tratar de hacer algo. Pues no. La nada. De hecho era más posible ver el cuarto. Aportación ínfima de Gianniotas, aunque apenas tocó balón. Villalibre, ni se le vio. ¿Ocasiones en la segunda parte?, ninguna. Lectura pésima de Luis César, claro, una vez más.
Ya del cuarto gol, creo que me ahorro comentarios, entre la salida sin sentido de Olivas y pérdida, y el destrozo de cadera de Borja, algo ya consustancial por el minuto que es, por la velocidad y desparpajo del tal Barja..., pues eso.
Ayer era el día de dar un golpe en la mesa. Ayer era el día de volver a ganar en el Sadar y dejar tocadísimo a un rival directo por el ascenso. De darle un tortazo en los morros a Braulio. Y claro, como siempre, dosis de aspirina, ridículo mediante y otra vez a broncas entre nosotros.
Ser del Real Valladolid es algo que no está pagado
