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test match otoño 2012

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descriptiontest match otoño 2012 - Página 3 EmptyRe: test match otoño 2012

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Por Mario Ornat

Sé lo que hicísteis en otoño

Lo que fue concebido como una fiesta puede acabar en drama. Un atropello inesperado, un cadáver en la cuneta, algunos nombres en el sumidero... Escocia perdió con Tonga en Pittodrie (15-21) y a la mañana siguiente, la de domingo (territorio natural de tardíos lamentos sabáticos), su entrenador Andy Robinson redactó una declaración de despedida y se fue para su casa. El epitafio recogió los juegos florales lógicos en estos casos: agradecimiento a los jugadores, a la gente, a la Rugby Union escocesa... y un cuerpo central del argumento que puede dar combustible a una interminable discusión. O no. "Creo que dejo al equipo mejor que cuando llegué", resumió el inglés Robinson. Los números sintetizan y parecen crueles con cualquier atisbo de interpretación favorable: diez derrotas en los últimos trece partidos de Escocia, una eliminación en la primera ronda de la última Copa del Mundo después de irritantes ejercicios de impotencia ofensiva ante Inglaterra y Argentina (aunque merecieran mejor suerte contra los Pumas, si se quiere ver así); triunfos de notoriedad histórica contra Australia en la ventana de junio y en 2010; la Cuchara de Madera en el último Seis Naciones, tres derrotas en noviembre y una caída indetenible hacia el tercer piso de los rankings de la IRB, lo que augura otro Mundial tormentoso en 2015. Y, sobre todas las cosas: la impresión de que cualquier anuncio de progreso devenía tan inconsistente que replicaba la impresión del rugby escocés en las dos últimas décadas, desde la conversión al profesionalismo: es el camino a ninguna parte.

Robinson buscó un juego ofensivo para el que Escocia nunca pareció estar preparado del todo. A tal punto que la sequía de ensayos llegó a ser pertinaz, como solía decirse. La evidencia de la falta de jugadores no impide observar que la salida de Andy Robinson posee una lógica innegable. La apuesta de medirse con dos de los tres grandes podía resultar costosa, y lo ha sido. El remate con Tonga subrayará el final de este periodo y abre una incertidumbre que en realidad no cambia gran cosa el panorama: hace mucho tiempo que Escocia dejó de estar entre los gigantes del mundo. Scott Johnson, asistente en su equipo de trabajo, y el ex de Italia Nick Mallett son los primeros nombres en sonar para el puesto. Pero el asunto escocés no es la única turbulencia en las llamadas home unions. Inglaterra sigue produciendo preguntas sin cuenta y su situación es, proporcionalmente, tan mala o peor que la de Escocia. También Sudáfrica ganó en Twickenham; y, aunque lo hizo con un resultado de morderse las uñas (15-16), los números no maquillan la sonoridad de este dato: la undécima derrota consecutiva de los ingleses ante el equipo Bokke. El partido abona la teoría que anticipaba que Inglaterra no ganaría ni uno solo de estos cuatro choques de noviembre, aparte de aquél con Fiji. En efecto, el equipo de Stuart Lancaster perdió con Australia y los Springboks, y ahora se dirige a la traca final el sábado próximo con los All Blacks, que han teñido de negro también el cono septentrional del planeta. Si Inglaterra había planeado (y resulta plausible, diríamos obligado, pensar que lo hiciera así) asegurar en estos tests de otoño su posición entre los cuatro cabezas de serie para el sorteo de la que será su Copa del Mundo en 2015, el disparo le ha reventado en los ojos: Francia, el único triunfador del Hemisferio Norte en estas semanas (tres de tres, después de resistir también a la trituradora de carne samoana por 22-14) le ha arrebatado ya sin remedio el cuarto puesto, el de los primeros cabezas de serie. De Irlanda, vencedor sobrado contra Argentina esta sábado (44-26), nos ocuparemos de forma algo más extensa. Pero hablábamos de Inglaterra: a las enmiendas teóricas que se acumulan alrededor del equipo de la Rosa se superponen ahora también las pragmáticas; el camino en el Mundial en suelo inglés se le complica mucho al anfitrión.

Ahora, la madre de todos los derrumbes la ha protagonizado, cómo no, País de Gales. El partido con los All Blacks adquirió enseguida el perfil de un déjà vu. Soldados caídos en el ejército rojo al poco de comenzar el encuentro (su primera Paul James, el segunda Bradley Davies, el centro Jamie Roberts, otra vez) y pésimas decisiones de Priestland en el arranque del partido. Como Inglaterra ante Australia, Priestland incurrió también en la trampa emocional, en la gallardía tan norteña, tan británica, de no cobrar los puntos que ofrecen golpes de castigo. Dos veces pudo patear a palos y, entre Warburton y él, dos veces decidieron jugar a la touche. Para sacar nada. O aún peor, porque a Priestland su pie lo dejó en evidencia cuando cocinó más de la cuenta un par de pateos y, en lugar de poner la pelota en la esquina, la mandó más allá del banderín, para regocijo de los All Blacks. Porque los kiwis (un equipo que cobró todas las piezas que Cruden tuvo a su alcance a pelota parada), dedicaron la tarde a encadenar con argollas a los gordos de Gales. Cruden anotó depósitos en su libreta siempre que tuvo ocasión, como un buen rentista; y lo demás derivó en el trabajo de catálogo de los neozelandeses: Conrad Smith tackleando en el medio campo con un criterio preclaro, Dagg en el freno de las mínimas escapadas galesas con un par, entre muchos, de placajes memorables de timing, cobertura táctica y ejecución; y el equipo médico habitual (interminable siempre McCaw, Whitelock, el intenso Romano y la vehemencia defensiva de Messam) en el trabajo guerrillero de tender emboscadas y luego desplegarse en ofensivas voladoras: Woodcock y Romano posaron balones. Y si no, al final de todo estaba un Julian Savea creciente en estos tests de noviembre, al que Steve Hansen le encuentra cada vez más uso por los interiores del campo, y que tuvo algunos avances devastadores con la pelota en las manos. El resumen fue que los All Blacks llegaron a estar 0-33 con mucho tiempo por delante y que Gales sólo se animó a contestar cuando ya no había nadie al otro lado de la línea.

A la frustración le ha seguido, como resultaba previsible, la bronca. Y el director ejecutivo de la Welsh Rugby Union, un señor llamado David Moffett, declaró en el Rugby Paper que permitir a Warren Gatland asumir de forma simultánea la dirección de los British&Irish Lions en la gira de junio por Australia había constituido un error de primer orden. Equivocación que, suponemos, no será de responsabilidad unilateral: a Gatland le interesaba dirigir a los Lions y a Gales, que Gatland cumpliera su contrato hasta 2015. Veremos si todo eso sigue igual después de este mes y, sobre todo, de la gira en junio: "Los dos trabajos a la vez no se pueden hacer. Es patético y un puñetazo en la tripa al rugby galés: si quieres dirigir a los Lions, adelante, ve a dirigirlos... Pero no puedes tener al mismo tiempo la cabeza puesta en el equipo de Gales: es un país demasiado importante para el mundo del rugby y no puede tener a un entrenador a tiempo parcial. Esto, en Nueva Zelanda, no pasaría". Así de duro golpea Moffett. Veremos cómo sube la espuma esta semana en la guarida del Dragón, porque aún queda un partido para cerrar la serie, contra Australia el sábado. Lo que hay en juego no es el orgullo, solamente: si Gales pierde, puede caer al tercer piso de los rankings. Aparte de un deshonor tremendo para el equipo llamado a subvertir el status quo del rugby mundial en estos años, supondrá un problema de enorme magnitud para la próxima Copa del Mundo.


(contiene videos)

http://blogs.as.com/mam_quiero_ser_pilier/2012/11/s%C3%A9-lo-que-hic%C3%ADsteis-en-oto%C3%B1o.html

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RANKING IRB (26/11/2012)

España sube al 18º puesto del ranking IRB

La selección española de rugby logra la mejor posición de su historia en el ranking oficial de la IRB, desde su creación en 2003, y se coloca en el puesto 18 de la clasificación mundial tras sus victorias ante Zimbabue y Namibia en los encuentros internacionales disputados a lo largo del mes de noviembre, unido a las derrotas de sus rivales más directos, Rusia y Rumania.

Las victorias del XV del León en sus partidos de la ventana IRB ante Zimbabue (47-14) y Namibia (37-38), unido a las derrotas de Rusia y Rumania, rivales más cercanos en el ranking, ha supuesto que el conjunto dirigido por el neozelandés, Bryce Bevin, dé un salto de dos puestos en la clasificación mundial durante el mes de noviembre hasta alcanzar la 18ª posición.

España ya logró entrar en el Top 20 del ranking de la International Rugby Board tras los resultados positivos conseguidos en la pasada Copa de Europa de Naciones FIRA-AER, con victorias ante Rumania (13-12, marzo de 2012) y Georgia (25-18, febrero de 2012). A los triunfos a domicilio logrados por el equipo español en los test metches de noviembre se unen las derrotas de Rusia ante EE.UU. (26-40) y Canadá (35-3) y las de Rumania ante Japón (23-34) y EE.UU. (3-34) en sus encuentros internacionales.


http://www.ferugby.com/index_n.php?maqueta=NTCA&id_noticia=3787&imagen_cab=img/tt_noticias.jpg

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clasificación irb a noviembre 2012 (entre paréntesis la posiciónque ocupa en la última clasificación irb):

1(1) NEW ZEALAND 92.91
2(2) SOUTH AFRICA 86.94
3(3) AUSTRALIA 86.31
4(4) FRANCE 85.07
5(5) ENGLAND 81.07
6(7) IRELAND 80.22
7(8 ) WALES 78.95
8(9) SAMOA 78.71
9(6) ARGENTINA 78.71
10(11) ITALY 76.24
11(12) TONGA 76.10
12(10) SCOTLAND 75.83
13(14) FIJI 71.52
14(13) CANADA 71.41
15(15) JAPAN 70.09
16(16) USA 68.32
17(17) GEORGIA 65.83
18(19) SPAIN 63.09
19(18) ROMANIA 62.12
20(20) RUSSIA 61.49
21(21) PORTUGAL 59.63
22(22) URUGUAY 59.37
23(23) BELGIUM 59.17
24(24) NAMIBIA 58.45
25(25) CHL 57.02
26(26) POLAND 56.91
27(27) KOREA 56.72
28(28) HONG KONG 55.49
29(29) GERMANY 54.52
30(30) ZIMBABWE 54.03
31(31) UKRAINE 53.80
32(32) MOROCCO 52.35
33(33) BRAZIL 52.18
34(34) SWEDEN 51.91
35(35) KAZAKHSTAN 51.28
36(36) KENYA 50.28
37(37) PARAGUAY 50.06
38(38) NETHERLANDS 49.83
39(39) MOLDOVA 49.53
40(40) MALTA 48.87
41(41) UGANDA 48.76
42(42) MADAGASCAR 48.19
43(43) TUNISIA 48.18
44(44) LITHUANIA 47.84
45(45) CROATIA 47.76
46(46) IVORY COAST 47.67
47(47) CZECH REPUBLIC 47.66
48(48) SRI LANKA 47.60
49(49) SENEGAL 47.14
50(50) BERMUDA 46.78
51(51) PAPUA NEW GUINEA 46.55
52(52) SWITZERLAND 46.16
53(53) ISRAEL 46.06
54(54) TRINIDAD & TOBAGO 44.68
55(55) COOK ISLANDS 44.61
56(56) PHILIPPINES 44.34
57(57) COLOMBIA 43.65
58(58) GUYANA 43.56
59(59) THAILAND 43.44
60(60) CHINESE TAIPEI 43.19
61(61) ANDORRA 42.15
62(62) VENEZUELA 41.83
63(63) MALAYSIA 41.37
64(64) CAYMAN 41.27
65(65) SINGAPORE 41.19
66(66) DENMARK 41.16
67(67) BARBADOS 41.01
68(68) INDIA 40.81
69(69) CHINA 40.73
70(70) SOLOMON ISLANDS 40.70
71(71) NIUE ISLANDS 40.45
72(72) LATVIA 40.05
73(73) PERU 39.67
74(74) SERBIA 39.49
75(75) MEXICO 39.38
76(76) ZAMBIA 38.87
77(77) BOTSWANA 38.65
78(78) SLOVENIA 38.45
79(79) PAKISTAN 38.38
80(80) CAMEROON 38.33
81(81) BULGARIA 38.12
82(82) JAMAICA 37.08
83(83) HUNGARY 36.97
84(84) ST. VINCENT & THE GRENADINES 36.84
85(85) TAHITI 36.25
86(86) AUSTRIA 36.20
87(87) GUAM 35.70
88(88) BAHAMAS 35.68
89(89) SWAZILAND 35.63
90(90) BOSNIA & HERZEGOVINA 35.29
91(91) NIGERIA 35.29
92(92) MONACO 35.17
93(93) NORWAY 34.33
94(94) LUXEMBOURG 34.25
95(95) VANUATU 33.45
96(96) FINLAND 26.29

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test match programados para la ventana de otoño 2012:

semana 1:

20 de octubre de 2012: Australia 18 - 18 New Zealand

4 de noviembre de 2012: Oxford University 15 – 29 Russia

semana 2:

10 de noviembre de 2012: Italy 28 – 23 Tonga

10 de noviembre de 2012: England 54 – 12 Fiji

10 de noviembre de 2012: Wales 12 – 26 Argentina

10 de noviembre de 2012: Ireland 12 – 16 South Africa

10 de noviembre de 2012: France 33 – 6 Australia

10 de noviembre de 2012: Romania 23 – 34 Japan

11 de noviembre de 2012: Scotland 22 – 51 New Zealand

11 de noviembre de 2012: Uruguay 25 – 32 Portugal

semana 3:

13 de noviembre 2012: Leicester Tigers 32 – 24 Māori All Blacks

13 de noviembre 2012: Gloucester 31 – 29 Fiji

13 de noviembre 2012: Newcastle Falcons 24 – 13 Tonga

16 de noviembre 2012: Wales 19 – 26 Samoa

17 de noviembre 2012: RFU Championship XV 21 – 52 Māori All Blacks

17 de noviembre 2012: Italy 10 – 42 New Zealand

17 de noviembre 2012: England 14 – 20 Australia

17 de noviembre 2012: Scotland 10 – 21 South Africa

17 de noviembre 2012: Ireland Wolfhounds 53 – 0 Fiji

17 de noviembre 2012: France 39 – 22 Argentina

17 de noviembre 2012: Georgia 22 – 25 Japan

17 de noviembre 2012: Chile 22 – 28 Portugal

semana 4:

21 de noviembre 2012: Basque Selection 19 – 3 Japan

23 de noviembre 2012: Canada 19 – 32 Māori All Blacks

24 de noviembre 2012: Ireland 46 – 24 Argentina

24 de noviembre 2012: Italy 19 – 22 Australia

24 de noviembre 2012: England 15 – 16 South Africa

24 de noviembre 2012: Scotland 15 – 21 Tonga

24 de noviembre 2012: France 22 – 14 Samoa

24 de noviembre 2012: Wales 10 – 33 New Zealand

24 de noviembre 2012: Georgia 19 – 24 Fiji

24 de noviembre 2012: Romania 3 – 34 United States

25 de noviembre 2012: French Barbarians 22 – 17 Japan

semana 5:

1 de diciembre de 2012: England 38 – 21 New Zealand

1 de diciembre de 2012: Wales 12 – 14 Australia


2012 International Rugby Series:

semana 1:

9 de noviembre de 2012: United States 40 – 16 Russia

9 de noviembre de 2012: Canada 12 – 42 Samoa

semana 2:

17 de noviembre de 2012: Canada 35 – 3 Russia

17 de noviembre de 2012: United States 13 – 22 Tonga


Namibian 3-Team Friendly Tournament:

ronda 1:

10 de noviembre de 2012: Namibia 37 – 33 Zimbabwe

ronda 2:

14 de noviembre de 2012: Zimbabwe 14 – 47 Spain

ronda 3:

17 de noviembre de 2012: Namibia 37 – 38 Spain

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Ryan, retrato de un delantero

Por culpa de uno de esos juegos caprichosos que nos impone el subconsciente, siempre que vemos a Donnacha Ryan, el portentoso delantero irlandés, nos ocupa un escalofrío. Esa mirada de transparencia líquida, algo extraviada, el familiar desvío de la nariz, la rubicunda claridad de la piel, el rulo pajizo del cabello: sí, por algún motivo que va más allá del parecido, que objetivamente no lo es tanto, por una identificación muy poco racional, asociamos al segunda/tercera línea de Irlanda con Michael Rooker, el actor de aquella tremenda película de John McNaughton llamada Henry, retrato de un asesino. Acéptese de antemano la arbitrariedad del inconsciente, del que apenas sabemos defendernos. O sea, no es que juzguemos a Donnacha Ryan capaz de meterle un televisor en la cabeza a un delantero del equipo contrario y luego conectar el enchufe a la corriente, ni mucho menos. Pero de verdad que nos parece, cosa del subconsciente y de su terrible competitividad y dureza en el juego, un muchacho con un punto inquietante. Ojo, hablamos sólo de deporte. Antes de que se nos vengan encima los hijos de tierras gloriosas y queridas como Tipperary, Cork, Limerick, Killarney u Oughterard (donde uno se bebió las mejores pintas de cerveza negra que hayan filtrado los dioses; y, ojo, tiradas de una sola vez), digamos esto: Donnacha Ryan nos convenció hace tiempo ya, desde que se nos apareció en el partido del Seis Naciones del año pasado frente a Escocia, en el Aviva Stadium, de que con él ahí en medio la regeneración de la segunda irlandesa (y del resto del equipo, por extensión) no sería tan traumática como habíamos temido. Desde que por primera vez se asomó a la selección en el verano de 2009, con sus entradas y salidas durante casi tres años, siempre orillado por la grandeza de los gigantes O'Connell y O'Callaghan, aguardaba en el molde distintivo de jugador carismático, potente, aguerrido o feroz si llega el caso; un tipo de una pieza, dispuesto para asumir con naturalidad el más difícil de los trabajos que pueden ocupar a un deportista: ser líder de los suyos cuando los otros machos alfa, los que han dirigido al grupo durante años, empiezan a dejar el escenario.

Frente a otros muchos valores incipientes del conjunto de Declan Kidney en los últimos años, y contra la inercia de querer fijarnos esa tarde en Dublín en el emergente Denton o un Richie Gray siempre llamativo, Donnacha Ryan nos impuso la obligación de prestarle casi toda la atención. Algo lo señalaba. Era como si, aun visto desde la altura de la grada de un gran estadio moderno, sobresaliera por encima de los otros o estuviera iluminado por un foco que nos lo revelase en el conjunto. Como un relieve que se levanta del muro. Tal vez esto no constituya sino otra asociación subjetiva. Es decir: a uno le llama mucho la atención Ryan en unos cuantos órdenes del juego. Pero habrá quien considere, y no sin razón, que hay otros elementos más definitorios de la reinvención de Irlanda. Son apreciaciones, o preferencias, subjetivas que no niegan el argumento de fondo. Desde luego no pasamos por alto cómo Jonathan Sexton anticipó esa misma capacidad de Ryan para meterse en el puesto que durante años ocupó otro intocable, Ronan O'Gara. Ni podemos perder de vista que allí donde ha estado, y aún están pese a todo, Gordon Darcy o Brian O'Driscoll, viene asomando hace rato otro sustituto de progresión exponencial, Keith Earls. No va a resultar sencillo ocupar la plaza de O'Driscoll, una roca conformada en muy variadas sutilezas. Pero detrás no aguarda un vacío. En el paquete, mientras, se ha curtido ya gente de primer orden como Jamie Heaslip o Sean O'Brien; y vienen Chris Henry, O'Mahony o McCarthy. Entre los de delante, la elegibilidad como irlandés de Richardt Strauss ha agregado a un talonador que escarba siempre que haga falta y que tiene explosividad para llevar la pelota en carrera. Elijan ustedes a su preferido.

Yo tengo sólo una enmienda: Zebo como zaguero. Contra Sudáfrica no me gustó, creo que le falta timing para el contraataque, y atacar las líneas de carrera con la profundidad, la sorpresa y la decisión necesarias. Es un ala peligrosísimo con el juego lanado, pero no un convincente arrière, al menos por ahora y pese a haber progresado contra los argentinos. Le ocurre lo contrario que a Mike Brown, el zaguero inglés al que Stuart Lancaster usó de ala: la ausencia evidente de los mecanismos que proporcionan la educación o la costumbre en un puesto. En cualquier caso, el diagnóstico no cambia: con Ryan o con quien prefieran, encarnamos en un jugador la evidente capacidad de reinvención de un equipo al que desde hace años pareció que se le acababa el tiempo, y que sin embargo ha reconstruido la figura con cierta facilidad. Y con garantías. Basta observar la irrupción de su último ala, Craig Gilroy, un disparo verde que partió por la mitad, auxiliado por el espectacular partido de Sexton, a los argentinos. Gilroy aún no se ha establecido con regularidad en la alineación de Ulster, donde permanece bajo la alargada sombra de Tommy Bowe, un finalizador serial. Un caso similar al de Ryan en Munster hasta hace algún tiempo. Gilroy es un tipo veloz, elusivo, al que cuesta muchísimo ponerle la mano encima. En realidad, las dos: en el rugby, con una mano no se frena a nadie. Ataca las defensas, además, envalentonado por esa característica electricidad con que parecen realimentarse en el contacto algunos jugadores, que salen disparados como bolas de pinball en cada giro. Contra Fiji firmó tres marcas que robaron todos los titulares. Ante Argentina, Kidney le dio el sitio de Andrew Trimble y anotó otro. Resulta fácil anticiparle una progresión feliz y cierto predicamento de rotunda esperanza juvenil entre sus compañeros: la celebración de su ensayo (el primero de los siete) convocó a todo el equipo en una piña entusiasmada. Escenas como esa revelan el estado de un vestuario.

La valoración de Irlanda frente a los Pumas resulta algo mentirosa. O no, según lo miremos. Mentirosa pero con muchas verdades incluidas. "Los argentinos no están jugando", dijo Keith Wood en su revisión del primer tiempo: "Se quedan atrás y no suben a defender". Parece ontológicamente imposible que un equipo que no defiende sea Argentina. Pero lo era. Así que debemos suponer que al equipo de Phelan acabó por pasarle factura la campaña en el Hemisferio Sur, con el Championship y los tests frente a Gales, Francia e irlanda. Aplanado en defensa, muy escaso de agresividad y pateando largo como si el balón le pesara en las manos, su versión en Lansdowne Road fue muy pálida, hasta un denodado arreón final que produjo dos ensayos. Ahora, enfrente encontró a un equipo con un ataque rutilante, en el que Sexton actuó en niveles soberbios: creativo, amenazante, director, listo para la inspiración o para la sentencia. Fue el reverso exacto de todos los problemas denunciados en Inglaterra. Alguien comentó por aquí la lentitud de Ben Youngs a la hora de darle continuidad a los balones. Hay mucha verdad en eso, en parte por su juego y mucho por la cruel habilidad sudafricana para ralentizar las salidas. Pero lo que nos parece más flagrante de la Inglaterra de hoy es su nula capacidad creativa con la pelota abierta, lo previsible de su ataque, la lentitud con que ejecuta los pasamanos, y la absoluta falta de incertidumbre que crea cada jugador en su defensa. Eso, generarle dudas al tipo que te marca enfrente cuando lo encaras con el balón, constituye un fundamento imprescindible del rugby ofensivo. Nadie en Inglaterra sorprende y unos cuantos se aburren. Cuando los ahoga la asfixia de ideas, le dan un puntapie a la pelota como si el pelotazo fuera a producir una reacción mágica en cadena. Sexton casi nunca pateó en carrera el sábado, salvo en momentos de necesidad o conveniencia evidentes. Corrió siempre con el balón entre las dos manos y lo hizo cada vez con trayectorias cimbreantes, frente a la defensa pero sin permitir a sus oponentes argentinos leer de antemano su ruta. Tan notable curso de juego a la mano produjo pases y combinaciones de todo tipo con los centros y los alas; por fuera, al interior, en saltos, definiendo cruces, largando falsas, colgaditas para un grande o largas para los de fuera... Todo el repertorio que se le ocurrió dibujar en su cabeza al apertura de Leinster. Sí, los Pumas no estaban para nada. Pero Irlanda se subió a un nivel enorme para defender su puesto en la segunda línea del ránking y acallar críticas tras la derrota contra Sudáfrica, la quinta consecutiva en Test Matches. Este equipo le apretó las tuercas a los All Blacks en junio; y, frente a los Boks hace dos semanas, pagó carísima la expulsión temporal en el inicio del segundo tiempo de Jamie Heaslip.

En La Legión Invencible, obra maestra del irlandés John Ford, unos imberbes oficiales instaban al veterano sargento Quincannon (Victor McLaglen) a acompañarlos al calabozo, a pagar el castigo por una pelea en el fuerte: "Sargento, ¿vendrá con nosotros pacíficamente?", le preguntaban. "Hijo, yo no he ido pacíficamente a ningún sitio en toda mi vida", contestaba Quincannon. Es una respuesta muy irlandesa: no es probable que el equipo de Declan Kidney llegue a dominar el mundo, pero seguro que no lo llevarán pacíficamente a ninguna derrota. Por eso el retrato de Donnacha Ryan sirve para perfilar el estado de prometedora transición de un equipo montaraz, peleador e indómito. Ryan no le metería un televisor en la cabeza a un rival, no. Pero si un día se encontrara en un ruck frente a frente con Henry, seguro que sería aquel sanguinario hombre de la película de McNaughton el que saliera corriendo calle abajo.


(contiene video)

http://blogs.as.com/mam_quiero_ser_pilier/2012/11/ryan-retrato-de-un-delantero.html

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30 noviembre 2012

Por Mario Ornat

Launchbury, o cómo pasar del supermercado a Twickenham

A pocas horas del partido entre Inglaterra y los All Blacks (este sábado a las 15:30 españolas) parece difícil imaginar al joven Joe Launchbury, hace tres años, trabajando en un supermercado, mientras mascullaba la idea de abandonar el rugby porque los Harlequins lo habían rechazado a través del jefe de reclutamiento de su academia, el ex número 8 de Inglaterra Tony Diprose. Aquella decisión condujo a Launchbury por un largo rodeo, una variante emocional y deportiva cuya curva dibuja un episodio de parábola: cómo pasar en sólo tres años de reponer productos en los lineales de una gran superficie a pisar Twickenham con la camiseta de la Rosa puesta. El deux ex machina que salvó a Launchbury de caer en esa grieta que el tiempo abrió a sus pies se llama Andy Turner. Su ex entrenador en los días de escuela en el Christ's Hospital School de Horsham, su localidad natal. Él lo recomendó a un viejo amigo del Worthing, un club de la cuarta división inglesa. "Vi que ese chico necesitaba ayuda, fui a su casa en Sussex y hablé con él y su madre". La misma madre que se comió las lágrimas la tarde en que Tony Diprose llamó a esa misma puerta para decirles que la de los Quins estaba cerrada.

Podemos presumir que, del mismo modo que hoy resulta difícil conciliar estos antecedentes con la tremenda figura emergente de Launchbury en la segunda línea inglesa, también en aquellos días le resultaría inconcebible al joven de Horsham elaborar una imagen mental de sí mismo en el centro de Twickenham, un sábado de noviembre, frente a una Haka bailada para él, entre otros. Sin embargo, tan improbables imágenes, contradictorias si se las separa tres años en el tiempo, van a confluir en apenas horas. Ambas son rotundamente ciertas e igual de severas. Hace poco más de tres años Joe Launchbury, el segunda línea de Inglaterra, trabajaba en un supermercado de la cadena Sainsburys y jugaba al rugby amateur con otros hombres que también se vestían de corto al final de un día de trabajo. Este sábado, Launchbury se enfrentará con gente como Retallick, Whitelock, Messam, Kieran Read o Richie McCaw. Apareció como titular frente a Sudáfrica y, después de mostrar sus poderes y pleitear como un berraco encelado con otro machito creciente, el sudafricano Eben Etzebeh, ya se le señala como el gran descubrimiento otoñal de Inglaterra. Y no falta quien le augura, con ese afán anticipatorio que ha de subrayar cualquier análisis en el impaciente periodismo deportivo de hoy, un futuro como British Lion.

Todo eso habrá de verse. Por ahora lo que sabemos es lo mismo que siempre supimos: que los caminos del deporte son inexorables. Tony Diprose, veterano de la Rosa a cargo de la academia de los Quins, todavía defiende como hijo de las circunstancias (otros jóvenes más adelantados a él, en ese momento y lugar) el doloroso juicio que le obligó a anunciar al joven Launchbury y a su madre que no podían aceptarlo en sus filas. En las últimas semanas, desde que el lock de los Wasps fuese llamado por Stuart Lancaster, Diprose ha debido responder tantas preguntas al respecto de ese episodio que puede que haya acabado sintiéndose como el ejecutivo de Decca Records que rechazó a los Beatles en una audición porque "no tenían futuro en el negocio del espectáculo". Diprose, en realidad, nunca dijo algo así. Mantiene que vio un evidente porvenir en la figura de aquel muchacho cuyo tamaño, agilidad de manos y ligereza de movimientos le permitía entonces jugar como número 8. Sólo que hubo que elegir y eligió a otros. El rescate de Andy Turner procuró beneficios posteriores. Al Worthing lo dirigía Will Green, otro veterano de Inglaterra, pilar también de los Wasps. "Me di cuenta de inmediato de su potencial", ha recordado Green. Bastó una sesión de entrenamiento y un partido frente al Barnes. La primera jugada, una salida de centro, la recepción de Launchbury, la carga y un off-load. "Demasiado para sus propios compañeros", reconoce Green. Esa misma noche, de vuelta a casa, llamó a sus contactos en los Wasps: "Tenéis que ver a este chico". Trevor Woodman, otro ex combatiente de la primera línea inglesa, lo hizo. Se lo llevó de inmediato. Hace unos meses firmó un contrato hasta 2015 con el club londinense. Este noviembre, Stuart Lancaster lo llamó a filas y contra Sudáfrica lo metió. Andy Turner cree que, sin ese rodeo que le procuró el rechazo de los Harlequins, tal vez Launchbury nunca hubiera llegado a donde está: "Habría sido una segunda o tercera opción, habría perdido tiempo y no tendría la confianza, la humildad y la resolución que tiene ahora". Tal vez. O tal vez no. Unas puertas se abren y otras se cierran. En tiempos distintos y de forma intermitente. Hay que confiar en que, en algún caso, uno acertará con la correcta.

Más allá de Launchbury, el partido entre Nueva Zelanda, con su virus estomacal durante la semana, e Inglaterra presenta otros aspectos interesantes. Farrell (sorprendente nominación para Jugador del Año de la IRB junto a McCaw, Dan Carter y Michalak) de número 10 por la lesión de Toby Flood. Y Chris Ashton, el ala sin ensayos de Inglaterra, frente a Julian Savea, su némesis ahora mismo si pensamos en estados de forma. Y tal vez en muchas cosas más. Para ilustrar este cruce, hemos retabillado algunos números cercanos y otros históricos, todos interesantes. A estas horas, el finalizador más apreciado de los últimos años en el rugby inglés acumula once partidos sin posar un solo ensayo, una sequía monumental que de algún modo sintetiza los problemas ofensivos, de velocidad, variedad, creación y finalización, que sufre el ataque abierto de Lancaster. Ashton se perdió el choque con Fiji por la sanción de un partido que derivaba de sus tres amarillas en la Premiership. Ese día, Inglaterra se dio un festín y su relevo en el callejón lateral, Charlie Sharples, posó dos marcas. En este tiempo Julian Savea, el neozelandés, lo ha adelantado por la derecha. Savea, apodado con un mucho de hipérbole pero un algo de advertencia como el nuevo Lomu, tuvo un pasaje más bien silencioso, salvo explosiones ocasionales, en el Rugby Championship. Pero ha sido con toda probabilidad el avance más notable dentro de los All Blacks en los tests de noviembre: es el reverso de Ashton, con diez ensayos en ocho partidos. Uno de los que le metió a Escocia, y que vimos con la boca abierta desde la grada oeste de Murrayfield, está nominado con otros tres (de Habana, Hoseah Gear y Malzieu) a mejor try del año.

Un ala que no ensaya, como le ocurre a Ashton, es una pena en observación, que diría el poeta. Un problema individual y colectivo. Statsguru nos proporcionaba hace algunos días datos concluyentes. Desde que hay registro, esto es desde 1884, han aparecido cerca de 17.200 alas en partidos de rugby internacional, incluidos cerca de 1.400 como sustitutos. En esta cifra no se incluían aún los partidos del último fin de semana. Pero nos valdrán como muestra. Entre todos esos wings han marcado más de 6.200 ensayos: es decir, uno cada 2,3 apariciones, más o menos, sobre el terreno de juego. La media de anotación del resto de posiciones de un equipo es notablemente más elevada: una marca cada 7,5. Eso explica la proximidad conceptual, y real, entre un ala y el ensayo. Sólo los centros, con uno cada 5,4, se aproximan; los pilares, y no señalamos, ensayan una vez cada 22 apariciones. Los alas ingleses, a lo largo de la historia, han ensayado una vez cada 2,6 presencias, aproximadamente. Los neozelandeses, casi una de cada dos... cifra que baja a 1,6 si se considera sólo el periodo desde la conversión del rugby al profesionalismo, en 1995. Según estas proyecciones, en esta decena larga de partidos Ashton debería haber sumado cuatro ensayos para permanecer al ritmo de la línea histórica del puesto. Eso sí, a pesar de todo su marca total resulta notable: 15 ensayos en 27 partidos con Inglaterra. Su sequía es una enfermedad singular, pero no única: Marc Cueto pasó, entre 2009 y 2011, hasta 18 partidos sin ensayar. Y no perdió el puesto. Su registro final quedó en 27 marcas en 56 partidos con la Rosa. El jugador de la historia con más encuentros jugados y menos ensayos fue el pilar italiano Salvatore Perugini: 83 apariciones sin perder la virginidad. Todo un hombre.


(contiene video)

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02 diciembre 2012

Por Mario Ornat

El rugby no era esto...

Australia ganó en el Millennium Stadium a Gales en la última jugada del partido, con un ensayo de Kurtley Beale. Y los wallabies, en un tributo final a su capitán Nathan Sharpe en el día de su retirada del rugby internacional, le cedieron la patada a palos de la transformación: una ocasión singular para despedir a un jugador que, más allá de las preferencias o las fobias, ha conformado parte del gran panorama oval de la última década. La escena final vino precedida por la lastimosa lesión de Leigh Halfpenny, el zaguero galés, en su intento de placar la escapada de Dave Dennis en la jugada que decidiría el choque: una síntesis gráfica de la caída de los dragones en este otoño que ha terminado siendo, para el equipo de Warren Gatland, un invierno sobrevenido...

Uno puede entender la frustración galesa. Uno puede aceptar la decepción de todas las expectativas que ha significado esta ventana otoñal para los ardorosos aficionados del Millennium... Y el dolor que produce el contraste entre la retirada de Halfpenny sobre una camilla y la festiva sonrisa de Sharpe ante la llamativa imagen del segunda línea intentando una transformación. Pero, aún imponiendo todos esos matices, diría que eso que se oye de fondo en el semivacío estadio, mientras Sharpe dispone la pelota sobre el tee, son silbidos, abucheos, contra la patada del australiano. Ha habido que aceptar como irremediable ya que ningún campo, casi ningún campo, del gran rugby guarde el respetuoso silencio de antaño a las patadas a palos del equipo rival. Bueno... pero abuchear el merecido homenaje a Nathan Sharpe, un gran jugador que se va del rugby internacional, un miembro de esta familia que se marcha, parece ya una perversión demasiado grave como para no lamentarla. Está bien la modernidad, sí... pero a uno de verdad le parece que el rugby no era esto. No era esto.


(contiene video)

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Australia doblegó a País de Gales por 12-14
Inglaterra inflige a los 'All Blacks' su primera derrota del 2012

El 'XV de la Rosa' pone fin a un extraordinaria racha de 20 encuentros sin perder de los actuales campeones del mundo · Un ensayo de Beale en el minuto 80 privó a País de Gales de su primera victoria en los finiquitados 'test match' de noviembre

Gregorio García 01/12/12

Nueva Zelanda, vigente campeona del mundo, perdió su primer partido de este 2012 y vio truncada su condición de invicto desde antes de su Mundial al caer por 38-21 en un abarrotado Twickenham y ante una Inglaterra que impide así el pleno de los 'All Blacks' en su Gira por Europa y que pone fin a una extraordinaria racha de 20 encuentros sin perder de los actuales campeones del mundo.

Ante los 83.000 espectadores que llenaron las gradas de la 'Catedral del rugby europeo' y tras un primer tiempo en el que el marcador sólo se movió a través de patadas a palos -tres golpes de castigo y un drop de Farrell para el 12-0 al descanso-, los ensayos llegaron en la segunda parte.

Savea y Read consiguieron los dos primeros del partido para los 'All Blacks', que con las dos conversiones de Carter le daban la vuelta al marcador y parecían encarrilar un nuevo triunfo de los campeones del mundo. Sin embargo, el 'XV de la Rosa' reaccionó, sacó su mejor rugby y en apenas ocho minutos castigó hasta tres veces la línea de marca neozelandesa. Barritt, Ashton y Tuilagi firmaron las tres marcas que enloquecieron Twickenham y que sellaban la victoria de los ingleses, aderezadas con dos nuevos golpes de castigo de Burns y a pesar del postrero ensayo de Savea para Nueva Zelanda justo después de que los locales se quedaran con un hombre menos al enviar el irlandés George Clancy al 'sin bin' a Vunipola.

Nueva Zelanda se había impuesto en los tres encuentros anteriores de esta gira a Escocia (22-51), Italia (10-42) y País de Gales (10-33), mientras que Inglaterra había ganado a Fiji (54-12) para luego perder con Australia (14-20) y Sudáfrica (15-16).

Marcador. Inglaterra: 3 ensayos (Barritt 53', Ashton 57' y Tuilagi 61'), 1 transformación (Farrell 61'), 6 golpes de castigo (Farrell 25', 32', 40' y 42' y Burns 66' y 72') y 1 drop (Farrell 37').
Nueva Zelanda: 3 ensayos (Savea 47' y 74' y Read 50') y 3 conversiones (Carter 47' y 50' y Cruden 74').
.
Inglaterra jugó con Goode - Ashton, Tuilagi (Joseph 68), Barritt, Brown - (ap.) Farrell (Burns 64), (m.m.) B. Youngs (Care 68) - Robshaw (cap), Morgan (Haskell 57), Wood (Cole 78) - Parling, Launchbury (Lawes 66) - Cole, T. Youngs (Wilson 72) y Corbisiero (Vunipola 66)
Nueva Zelanda lo hizo con Dagg (B. Smith 71) - Jane, C. Smith, Nonu, Savea - (ap.) Carter (Cruden 64), (m.m.) A. Smith (Weepu 64) - McCaw (cap), Read, Messam (Vito 63) - Whitelock, Retallick (Romano 48) - Franks (Faumuina 52), Mealamu (Coles 62) y Woodcock (Crockett 66) .
[foto de la noticia]

Kurtley Beale, en la imagen agarrado por Mike Phillips, sentenció a Gales en el último minuto.

CRUEL FINAL PARA LOS 'DRAGONES'
En el otro encuentro disputado este sábado y que cerraba los 'test match' de Otoño, en los que los equipos del Hemisferio Sur visitan el Viejo Continente, el actual campeón del Torneo VI Naciones sufrió su cuarta derrota consecutiva. Y es que, tras caer con Argentina (12-26), Samoa (19 - 26) y Nueva Zelanda (10 - 33), la selección de País de Gales volvió a ser derrotada en Cardiff. Esta vez ante Australia y por un ajustado 12-14.

En la reedición de la final de consolación del pasado Mundial de Nueva Zelanda, los 'dragones rojos' no pudieron cerrar el año dando una alegría a los casi 60.000 espectadores que se dieron cita en el Millennium Stadium y vieron cómo se les escapaba el triunfo en el último suspiro.

Y es que Gales llegó a la recta final del encuentro mandando en el marcador con un ajustado 12-9 tras los cuatro golpes de castigo pasados entre palos por Leifh Halfpenny, que encima acabó el encuentro lesionado, y los tres de Kurtley Beale para los australianos. Sin embargo, en el minuto 80 el apertura de los 'Wallabies' le dio la vuelta al marcador con un ensayo que cayó como un 'jarro de agua fría' en la afición galesa y dejó hundidos a los jugadores galeses en el césped del Millenium.


http://www.marca.com/2012/12/01/mas_deportes/rugby/1354402402.html

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