shine escribió:Stan, lo de artículo ventajista me alucina. Será cosa mía q no hay agoreros ni ventajistas... pero bueno podremos un ejemplo.
Alguien recuerda un hilo de la temporada pasada q se llamaba A 9 PUNTOS DEL DESCENSO A SEGUNDA B?.
Pues ese es el tipo de persona a la q yo asocio lo escrito por Fran Arranz.
(...)
Me he leído el hilo, y hasta ahora había decidido abstenerme. Sin embargo, ante esta intervención, y otras que leído (shine, no creas que cito la tuya de forma persecutoria), creo que habría que acotar muy bien los términos. Y ahí está la clave del artículo de Fran Arranz. Y es lo que está dando "salsa" al debate. ¿Qué es ser agorero? ¿Qué es ser ventajista? ¿Y oportunista?. ¿Acaso no hay líneas difusas, a veces casi invisibles entre la crítica y algunos de esos términos? Parece que el artículo de El Norte de Castilla firmado por Fran Arranz, y muchas de las intervenciones, están marcadas unidireccionalmente por las opiniones emitidas por terceras personas: "El que desde el taburete del bar...", "El que se apunta a la Plaza Mayor el día del ascenso...", "El que nunca se hace socio...", "El que dice...", "El que hace..."
Pero coño, nadie, o muy poquitos, se ha mirado de la piel para adentro, y ha hecho un análisis sobre "¿Cómo recibo yo mismo esos mensajes y esas percepciones?". A mí me da igual que el día que ascendamos, que algún día ascenderemos, haya en la Plaza Mayor un 15% de personas que no sientan al Pucela como lo pueda sentir otra persona. Ahí estarán, y quizá por ese momento, por ese pellizco de alegría compartida, de identidad, de sentimiento de pertenencia en masa, se estén forjando futuros pucelanistas.
Ahora, voy a lo que he citado del mensaje de shine. Y con ello volvemos a la confusión de términos. Shine, estar "a 9 puntos del descanso a 2ªB" es un hecho OBJETIVO. La matemática es clara, contundente y ahí está. Otra cosa es la interpretación del PORQUÉ estuvimos a 9 puntos del descenso a 2ªB. ¿Es de agorero, ventajista, oportunista o catastrofista, decir que ESTUVIMOS A 9 PUNTOS DE LOS PUESTOS DE DESCENSO A 2ªB? Yo creo que NO. Quizá esté equivocado, pero insisto: NO. No, no y no.
Voy enlazando conceptos: ¿Cómo percibimos las cosas? ¿Quién es más negativo o agorero, el que lanza una opinión, desde un taburete de bar, un teclado, o un descolorido asiento violeta; o el que recibe esa opinión en clave negativa, sin que necesariamente así lo sea? Quizá el de taburete de bar tenga el culo "pelao" de vivir desilusiones en el Viejo y Viejo (II) (llamado Nuevo) estadio, y esté en un paréntesis de pucelanismo activo. Siempre es más positivo vivir activamente cualquier afición, que hacerlo a distancia. Y yo, también comprendo a los que algún día han sido, y no han vuelto. No hace mucho hablaba con una persona con la que nunca había surgido el vínculo futbolístico en las conversaciones. Y me dijo de forma clara: "Yo, desde que se fué el Pato, no he vuelto al fútbol". Creo que hay una masa importante de afición en Valladolid que está dormida, pero latente. Mucha afición que vivió en primera persona los años del ascenso, los 80, y que se ha desvinculado del fútbol, bien por desilusión, bien por dar importancia a otras responsabilidades vitales y quitarle importancia al fútbol. Pero estoy seguro que todos ellos tienen el corazón blanquivioleta. Y se alegran, se alegran de verdad.
Yo opino que cada uno ha de ver al Pucela desde sus ojos, desde su realidad, desde su forma de entender al Real Valladolid, ya sea como vallisoletano de sangre, o de adopción, que también los hay, no os engañéis, vallisoletanos "adoptivos" que sienten tanto o más a este equipo que los vallisoletanos de pura cepa. Todo vale. Y el que está en el bar criticando al Real Valladolid, al menos está hablando de él. Y a su manera, lo siente. Al igual que San Antolín, me parecen peor los "indiferentes". Los que les da igual que ganemos la Copa, o nos desciendan por impagos, y siendo aficionados al fútbol, están más pendientes de los cuellos de la nueva camiseta del Chelsea. Al que no le gusta el fútbol, le puedo entender, pero eso es otro debate.
Cada persona, un mundo. Y dentro de cada mundo, muchos mundos. Todos ellos respetables, mientras me respeten, por supuesto.