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EL REAL VALLADOLID YA SABE A LO QUE JUEGA, A SALVARSE
Viendo los últimos minutos del Coliseum Alfonso Pérez retornó a mi memoria un partido de mi época en el mítico Koala Delicias. Durante esa temporada eran habituales las goleadas encajadas semana tras semana, por lo que aquella mañana en los campos de la UD Sur mantener el empate a 0 ya era un triunfo. Llegados al minuto 80 no nos lo creíamos, las piernas se nos atenazaron y a punto estuvimos de caer una vez más. Sin embargo, aguantamos y conseguimos el primer punto de la temporada (que no sería el único). Al Real Valladolid, que venía de encajar cuatro goleadas en sus últimas cuatro salidas, el empate le supone una mejoría, le debe satisfacer, y marcar el camino para conseguir la salvación.
Cierto es que el Getafe no opuso prácticamente oposición, aletargados durante todo el partido como si el cuento no fuera con ellos. El Valladolid, asentado en un gran trabajo defensivo, dominó durante casi la totalidad del encuentro, si embargo no acertó a fructificar ninguna de las ocasiones de las que dispuso. Las bajas del lesionado Óscar y el "renegado" Ebert supusieron un gran lastre para la vanguardia pucelana, que se pudo ver aún más mermada con la salida de Javi Guerra. Mención especial merece el delantero malagueño que rehusó a salir a la Premier con un aumento de ficha considerable, implicado como el que más en la causa de este Real Valladolid.
Un apunte que deja clara la superioridad pucelana es que, tras muchos partidos, Mariño no fue protagonista, de hecho la única jugada reseñable con el gallego en juego fue un balón en el que se confió y cuyo bote a punto estuvo de costarle caro. Más allá de esa jugada el Getafe no inquietó a una sobresaliente defensa blanquivioleta. Incidir en que es el segundo partido con la portería a cero de los de Juan Ignacio, curiosamente dos partidos en los que ha formado con la pareja Mitrovic-Rueda. El central serbio está dejando muy buenas sensaciones, jugando con mucha inteligencia y buena colocación. No obstante, a pesar de esta mejoría en defensa, quizá no esté muy lejos la defensa de cinco que algunos reclamábamos, atentos en 15 días al Vicente Calderón.
Finalmente el conjunto pucelano cedió terreno al Getafe viendo peligrar el punto (como aquel Koala), sobre todo en un lanzamiento lejano de Diego Castro que se estrelló en el palo izquierdo de Mariño. Hubiero sido un desenlace muy injusto para lo visto en Getafe. Ejemplo de lo que fue el partido lo vimos con el pitido del trencilla y el sonoro abucheo que ofreció la escasa afición azulona, que ya había increpado a los suyos a lo largo del encuentro. No obstante, durante el partido, a quien sí que se escuchó fue a la afición vallisoletana desplazada a Getafe que animó sin cesar a los suyos. Esperemos que el domingo ante el Elche Zorrilla se convierta en el jugador número 12.
Empate final y cambio de imagen de los de Juan Ignacio. Alguien decía que la primera vuelta está para intentar jugar bien y la segunda para puntuar. Este Real Valladolid ya sabe a lo que juega, a salvarse.
