La Dirección Deportiva debería empezar a plantearse que a falta de dinero para rebuscar un delantero más contrastado en el mercado de invierno sería mejor mirar un peldaño más abajo antes que traer una incógnita en forma de cesión. En el Promesas semana tras semana sigue sorprendiendo Higinio Marín Escavy (Calasparra, Murcia, 1993), un delantero que llegó a finales del mercado de enero en la temporada pasada procedente del UCAM Murcia, donde había estado inédito, y sin hacer mucho ruido, se ha hecho indiscutible y es pieza clave en el juego del filial.
Suele decirse que unos futbolistas maduran antes que otros y que otros tardan en madurar. Higinio está en un espléndido momento de forma y poco o nada recuerda al jugador que vino, que simplemente parecía el típico delantero tanque y torparrón con el balón en los pies. Sin embargo, el canterano del Real Murcia es mucho más que eso, es un jugador que físicamente es superior a la gran mayoría de los defensas de la categoría, que además se entiende a la perfección tanto con Iván Martín, socio en la punta de ataque, como con Mayoral, su mejor asistente.
Un delantero infatigable en la presión, que sabe usar su cuerpo, y que demuestra más inteligencia táctica que muchos de los zopencos que han ocupado esa posición tanto en el primer equipo como en el Promesas.
El hecho de que ya haya dejado de ser jugador sub-23 no debería ser impedimento para que como mínimo participase en los entrenamientos del primer equipo. Termina contrato el 30 de junio de 2017, y a día de hoy el Real Valladolid no está como para regalar a un delantero que ha marcado 7 goles en 15 partidos.
Suele decirse que unos futbolistas maduran antes que otros y que otros tardan en madurar. Higinio está en un espléndido momento de forma y poco o nada recuerda al jugador que vino, que simplemente parecía el típico delantero tanque y torparrón con el balón en los pies. Sin embargo, el canterano del Real Murcia es mucho más que eso, es un jugador que físicamente es superior a la gran mayoría de los defensas de la categoría, que además se entiende a la perfección tanto con Iván Martín, socio en la punta de ataque, como con Mayoral, su mejor asistente.
Un delantero infatigable en la presión, que sabe usar su cuerpo, y que demuestra más inteligencia táctica que muchos de los zopencos que han ocupado esa posición tanto en el primer equipo como en el Promesas.
El hecho de que ya haya dejado de ser jugador sub-23 no debería ser impedimento para que como mínimo participase en los entrenamientos del primer equipo. Termina contrato el 30 de junio de 2017, y a día de hoy el Real Valladolid no está como para regalar a un delantero que ha marcado 7 goles en 15 partidos.