Tema partido, si el fútbol fueran sólo números, ocasiones, tiros a puerta, posesión, córners..., mereceríamos ganar. Hoy y casi siempre. Pero no son números. Hoy el Nàstic te ha generado tres ocasiones y con esas tres te ha marcado tres goles, más uno anulado por fuera de juego.
Luis César hablaba de un problema meramente causal en el número de goles encajados, que realmente no nos generaban más que a Granada, Osasuna, Tenerife..., que él ve muchos partidos de Segunda y que no hay tanta diferencia. Vale. El problema no es el número de ocasiones que te generen, sino el cómo. De nada te sirve tener la posesión como el Barcelona de Guardiola si te llegan tres veces y te marcan tres goles. Y te puede marcar tres goles con tres llegadas el Real Madrid, el Chelsea, el Manchester City, el Bayern de Múnich, pero no el Gimnàstic de Tarragona.
El Real Valladolid es una auténtica verbena en defensa en estos últimos tres partidos, para mí esto es lo peor de la temporada, porque puedo entender un accidente puntual en Vallecas, pero no que se convierta en la tónica habitual. Y para mí esto empieza en las líneas de mediapuntas y en el cambio de sistema, en concreto, desde Vallecas, con el matiz de que al Alcorcón le ganamos 4-0 pero porque eran una banda de hermanitas de la caridad.
Para mí, coincidiendo con la salida de Luismi del once, y el asentamiento de tres mediapuntas puros desde el regreso de Salvador (Almería) es el primer camino al desastre. Contra el Córdoba, el Tenerife, funcionaba esta idea; ya no. ¿Por qué?, bueno, por aquel momento sí jugábamos con extremos puros, fuese Salvador, Hervías o incluso Plano el que ocupasen esa posición. Ahora lo que veo es un equipo que se parte de una forma exagerada, que es pésimo ocupando los espacios en centro del campo, que resulta que la jugada se inicia con los dos centrales y el pivote defensivo (Anuar) mientras los laterales, el otro centrocampista y todos los mediapuntas están en campo contrario y no hay ofrecimiento. El Real Valladolid, con esos tres jugadores arriba, y sorprendentemente con lo mal que han casado Luismi y Anuar, hoy ha tenido una salida de balón bochornosa, primero porque nos hemos convertido en un equipo la mar de insolidario, y porque no hay un organizador puro, no hay enlace. Y lo básico, no tienes salida, pues a rifarla.
La presión es descoordinada, los mediapuntas, salvo en momentos la voluntariedad de Toni, no defienden, no se ofrece nadie para sacar el balón. Y el Nàstic entre tanto te mete un 4-5-1, juntitos, y a vivir de los regalos y las rentas. Y nos encontramos, además, con tres goles no ya evitables, sino absurdos. Desde el primero que me resulta incomprensible la defensa con la mirada de Plano, que con hacer falta te bastaba (¡hacemos muchísimas menos faltas que a principio de Liga!, ya ni cortamos las contras...) y la pésima medición de Calero, al segundo por la salida alocada de Masip (!) y el error de Calero, y el tercero que es una genialidad el control de Juanistiano pero esos regates para fútbol sala en la pachanga están muy bien, pero en el fútbol profesional te dejan con una cara de tonto importante. Y en el centro del campo tenemos un déficit de creación bastante gordo, al margen del enorme agujero entre Anuar y Luismi.
Y respecto de la táctica, al margen del absoluto control de los espacios en mediocampo y defensa del Nàstic, nos encontramos con eso, que nuestro equipo estaba completamente partido, con 7 atacando y sólo 3 defendiendo, con Anuar perdido entre el carril del 6, la zona de libre (lo que vendría a ser un '4') e intentar hacer alguna conducción con la cabeza alta para ofrecer algo diferente en mediocampo, y un Luismi que en estos dos partidos ni corta, ni recupera, ni llega. Pues nada, el regreso de la feliz vida en bandeja. Y resulta que tienes un agujero negro entre centrales, y que incumples una ley no escrita, "si sube un lateral, que no lo haga el otro"; pues vaya.
Individualmente el partido de Salvador y de Plano no hay por dónde cogerlo, el de Salvador al menos hay voluntariedad, pero es que estas tres titularidades de ambos no hay por dónde cogerlas, más viendo que Gianniotas y Cotán apretaban en Copa y que Hervías en los primeros partidos era lo más desequilibrante de la plantilla.
Preocupación por el número de ocasiones que concedemos, no. Preocupación porque con los cuatro centrales hemos hecho aguas, porque con los laterales izquierdos hacemos aguas, porque con la pareja lógica de mediocentros hacemos aguas, y por esa sensación de que hay gente que juega por decreto, y me refiero a Plano y Salvador. Y bueno, Djukic rectificó en la jornada 4 tras hacer el ridículo contra el Murcia en casa. Pero es que a Luis César, al menos por la rueda de prensa del viernes, no le veo muy de rectificar. La de hoy no la he escuchado más que un rato, corté cuando un indocumentado se centró sólo en Ángel como los males del equipo, porque ya es un tema que me genera bastante hartazgo.
El análisis de cualquier entrenador de salón invita a apostar por veteranía y plantarte en Gijón con Borja, Deivid y Michel como mínimo en el once inicial, por supuesto a costa de Anuar y Calero. El de un entrenador coherente invita a revisar quién está fallando arriba, quién en el medio y quién atrás. Yo de hoy salgo pensando que seguramente sólo Toni ha ganado mantener un sitio en el once, pero claro, Luis César no parece ser de revoluciones. Y lo fácil es cargarse a Calero, Ángel y Anuar.
¿Cambio de sistema?, ¿cambio de forma de jugar?, ¿mero hombre por hombre?; conociendo a Luis César, me inclino por la tercera. Y me parece mal, porque este equipo pide a gritos salir en Gijón con tres centrales y laterales largos. 5-3-2: Masip; Antoñito, Deivid, Calero, Olivas, Ángel (o Nacho, que me da igual); Anuar, Luismi o Borja, Toni; Hervías y Mata