Ayer, mientras estaba sentada viendo las noticias por la noche, me enteré de la noticia de la muerte de Whitney Houston, una de las mejores voces de la década de los 80 y los 90.
Tenía 48 años y fue encontrada sin vida por uno de sus colaboradores en la bañera de su habitación en un hotel de Beverly Hills, donde el sábado pasado se estaba preparándo para una fiesta antes de los premios Grammy que organizaba Clive Davis, el magnate musical. Él fue quien descubrió a Whitney mientras cantaba con su madre en un club de New Jersey.

La policía de Beverly Hills confirmó que el servicio de emergencias acudió a la llamada del hotel y encontró el cuerpo de Houston en la habitación sobre las tres y media de la tarde hora de California (las doce y media de la noche hora española). Los médicos trataron de reanimarla durante unos 20 minutos sin éxito. La policía asegura que el cuerpo no presentaba signos de violencia, aunque aún investiga la causa de la muerte.

No se han encontrado drogas ilegales ni alcohol en la habitación de la cantante, pero sí recetas de fármacos y cajas de píldoras, si bien la policía permanece registrando la estancia. Además, sus fuentes apuntan a que Houston habría muerto probablemente ahogada, algo que dictaminará la autopsia.

Según algunos medios, dicen que periodistas y trabajadores del hotel ya habían notado el estado confuso de la actriz al llegar sudada y descolocada. Houston también se comportó de manera agresiva en el ensayo de su actuación para la fiesta de Davis. Sin embargo, la madre de Whitney habló por teléfono con la cantante minutos antes de su fallecimiento sin notar nada extraño.

Houston nació en Newark (New Jersey) en agosto de 1963. De niña cantaba en el coro de su iglesia baptista. Pero no saltó a la fama hasta 1985. Fue entonces cuando publicó su primer álbum, que llevaba su nombre y del que vendió 25 millones de ejemplares en todo el mundo. Desde entonces publicó siete discos y participó en las bandas sonoras de tres películas. La más célebre la de 'El guardaespaldas', que protagonizó junto a Kevin Costner. Houston ganó seis Grammy y vendió unos 170 millones de discos. En total, consiguió 22 premios musicales, más que ninguna otra mujer en Estados Unidos.

A la estrella la sobreviven su hija Bobbi Kristina y su ex esposo Bobby Brown, con el que compartió peleas, celos profesionales y adicción a la cocaína y a la marihuana hasta su divorcio en 2007. Brown se enteró de la muerte de Houston mientras actuaba en Mississippi y rompió a llorar en el escenario varias veces. Al final de una canción gritó, "Whitney, I love you!" y lanzó un beso al cielo. En otro momento, pidió al público que cantara con él mientras lloraba.

Tras triunfar en los 90, Houston logró volver a lo más alto en 2009, cuando de nuevo fue número uno en ventas en EEUU con su último álbum "I Look to You".

La cantante no había regresado al número uno de ventas desde el gran éxito de la banda sonora de la célebre película 'El guardaespaldas', que permaneció en lo más alto de las listas de éxitos del país durante 20 semanas consecutivas.