Con algo más de calma, veo el partido así. La primera parte del equipo ha sido flojísima, parecida al partido del Betis. Estábamos bien ordenados en defensa pero en el resto de las facetas del juego éramos un cero. Rubio y Rueda no funcionaban porque jugaban demasiado juntos, igual que con Sastre. Por tanto el cambio de cromos no funcionó. El experimento en la primera parte apenas dio resultado, pues Óscar y Omar deambulaban por el campo y Larsson corría detrás del balón sin éxito. Manucho seguía a lo mismo, recibir melones de la defensa y recibir hostias de los rivales. Siguiendo el guión del partido con el Betis, la primera parte debería haber terminado empatados a cero, pero Balenziaga no lo quiso así. Lleva pidiendo a gritos el banquillo, pero es lo que hay. Pobre Peña.
En la segunda parte, en cambio, el experimento funcionó hasta el minuto 11. Omar estuvo apunto de marcar su primer gol, pero Guaita hizo una parada formidable. Manucho soltó un latigazo espectacular desde el centro del campo. Pero entonces el experimento desapareció.
Un gravísimo error de Rueda deja a Sereno vendido, y expulsado (injustamente porque la primera amarilla me parece de chiste). Penalti. Y entonces cambió la película. Dani lo paró, y Djukic se inventó un nuevo experimento.
Sacrificó a Omar para sacar a Sastre y recomponer el equipo. Y con el equipo atrás y todos bien juntitos recuperamos la intensidad. Tirando de casta, de garra, de orgullo, empatamos. Y seguimos defendiendo. Entró Rama por Larsson que se dedicó por completo a defender. Seguimos defendiendo. Salió Guerra por Manucho (cambio lógico porque Manucho estaba exhausto y para buscar que Guerra tuviese una ocasión o por lo menos para que aguantase un poco el balón). Quizás era el momento de sacar a Baraja, aunque no es significativo. La película se acercaba al final.
Y se jodió el invento. El árbitro nos concede saque de banda a favor. Pero saca el Valencia. Nos marca en el último segundo y quedamos igual que con el Levante. Malditos valencianos. Y nos quedamos con cara de tontos. Típico.
Aun así, la imagen dada por el equipo es formidable. En el peor partido posible tras una malísima racha física y de juego, recuperamos la mejor imagen y estuvimos a punto de lograr un premio merecidísimo, un punto, con el que nos hubiéramos puesto a 10 del descenso. Pero es lo que hay. Esperemos que el partido le sirva a Dani para ganar confianza, a Óscar para volver a ser el mismo y a Omar para ver que la portería no es tan pequeña. Contra el Getafe hay que recuperar a Ebert y a Víctor Pérez para la causa y dar un golpe en la mesa para lograr la salvación, que se acercan Madrid y Barcelona y no es plan de ir con el culo prieto buscando un milagro.