Salvo en el 4-0 ante el Granada donde tres goles fueron a balón parado o tras una segunda jugada después de sacar el córner, creo que como mucho habríamos encajado un par de goles a balón parado. Desde que ha llegado Mitrovic la sangría es espectacular. No creo que sea casualidad. Tiene cosas buenas como su contundencia y que juega siempre fácil, pero en los marcajes a balón parado es horrible. Sólo hay que ver que tras encajar el gol quien defiende a Santa Cruz es Manucho...