Al parecer, hizo unas declaraciones a un canal local sobre el acercamiento de presos de ETA al país vasco.
Luego, en el partido, los ultras del Murcia la tomaron con él, como era de esperar. Y él contestó a ese sector de la grada con una peineta y un "hijos de puta".
Todo esto, según las versiones que se leen en dos foros de aficionados, que yo no afirmo nada.
Lo que sí he podido deducir, sin sombra de duda, es que por allí todo el mundo le odia.