Después de la tensión del balonmano, nos hemos dado un voltio, hemos comido un "cacho" y ya tenemos los bocatas para el resopón, no queda ni para regalar, no recuerdo un viaje con tanta presión como este, hasta yo me estoy poniendo nervioso. Cogeremos el bus en Stª Teresa y hasta Heliopolis, que el dios del fútbol nos acompañe.